domingo, 3 de octubre de 2010

18 años, ¡qué guay!

Lo que para muchos es un simple día, para otros es el comienzo de una nueva etapa en sus vidas. Naces y tu vida se basa en llorar, comer y dormir. Según vas creciendo lo que más te importa es jugar y aprender a leer antes que tus compañeros de clase, luego en echarte un novio al que tu madre llamará cariñosamente "amiguillo" y justamente después, en cumplir los deseados 18 años. Cuando tienes la "mala suerte" de haber nacido en los últimos meses del año, verás como tus amigos se regodean, ya que ellos podrán entrar en discotecas a las que tú no, podrán sacarse el carnet de conducir del coche, y vacilar de que ya son "mayores" y, supuestamente, pueden hacer lo que quieran. Esas simples cifras parecen no llegar cuando estás a unos meses de cumplirlas. Pero, si por el contrario, eres "afortunado" y tu cumpleaños es a principios de año, serás tú el que pueda disfrutar de todas esas ventajas antes que los demás. Una vez cumplidos te acostumbrarás a lo bueno y dirás: <<bah! no era para tanto>>. Mientras tanto, seguiré esperando ansiosa.

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